27 diciembre, 2014

Tanto y nada.

Tanto esperar a que llegase el invierno,
a que las cosas cambiasen,
a protegerme por fin del frío bajo tus ramas,
a sentir la nieve deshacerse bajo mis dedos
igual de rápido que se deshacen mis sueños.

Tanto esperar por el invierno,
hizo que las estrellas cayesen del cielo
sudadas de desesperación y anhelo. 

30 noviembre, 2014

Hablando de cosas sin sentido.

Se nos acabó la música,
cuando comenzamos a bailar juntos,
justo cuando nos habíamos aprendido los pasos.

Ahora hay otra orquesta tocando.
Un nuevo cantante
cansado de esperar a que los invitados estén todos presentes,
preparados para oír su repertorio.

Y las tostadas recién hechas,
untadas con mantequilla,
se olvidarán de la mermelada de la que nunca disfrutaron su sabor.

El tocadiscos de tu habitación sigue en marcha,
aunque los discos que solíamos oír,
ahora están esparcidos en trocitos por el suelo.

Y las maletas, tan llenas que casi no cierran,
repletas de tormentas y de días lluviosos,
esperan en mi puerta a que regreses a por ellas.

Llévatelas, el gris de su tela empiezan a aburrirme las mañanas,
empeñadas en recordarme cómo entre los dos se nos daba tan bien deshacer la cama.

Y el viento sigue soplando en la misma dirección,
pero esta vez los árboles han buscado otro camino
para no crecer tan torcidos como antes.

He aprendido a bailar sola.
No tan bien como me gustaría,
sigo siendo tan patosa como el primer día que me conociste.
Lamentablemente, tengo que reconocer que aún estoy en otro nivel.

Pero me encanta saber que de puntillas ya llego a tocar la lámpara del salón.
La que una vez compramos juntos no,
esa ya hace unos días que la quité. 

22 noviembre, 2014

Tres Seis Cinco.

365 hojas han caído desde que las nubes están presentes en mis días 
y también mis noches.

365 son mis canciones favoritas y todas ellas hablan desde el corazón. 

365 trenes he cogido buscándote en cada estación, 
persiguiendo la sombra de lo que creí que eras y de lo que siempre quise que fueses.

365 tonos de azul, mi color favorito, y aún no sé cuál de todos ellos me sienta mejor.

365 mariposas que han muerto de hambre en mi estómago, 
porque hace mucho que dejé de alimentarlas.

365 veces en las que el orgullo y el egoísmo ganaron a la razón y destruyeron el amor.



Si es que éste, en ti, alguna vez existió. 

03 noviembre, 2014

Sin saber por qué.

Nacimos, sin saber por qué, cerca del mar.
En un mundo lleno de tiburones,
dentro y fuera del agua.

Crecimos escondiéndonos detrás de las rocas
cada vez que nos veíamos y sentíamos cerca.

Vivimos rodeados de fuego.
Ardiente fuego siempre en continua exaltación.
Volviéndose más rudo
cada vez que nuestras vidas se cruzaban,
casi siempre poco más de unos cuantos míseros segundos.
Vivimos sin saber que las cenizas cuando chocan avivan la llama.

Morimos pronto.
En el olvido.
Uno frente al otro, pero sin un nosotros.
Sin saber que estuvimos conectados al nacer.
Desperdiciando un terrible error que nunca cometimos. 

01 noviembre, 2014

763 horas de vida.

Este ruido me está matando.
Es como en esas series americanas en las que el protagonista puede ver fantasmas y oye mil voces en su cabeza que le cuentan sus penas.
Pues yo oigo un millón más, pero éstas me hablan de la muerte.
Y no de muerte cualquiera, sino la explosión de sus almas.

Aunque lo peor viene en las noches,
cuando sólo queda tu voz y no consigo deshacerme de ella.
Me hablas de la vida con tu alegría y tu esperanza de felicidad permanente. Me explicas que vivir es un privilegio que solo se le concede a unos pocos.
Pero yo no lo veo así.
Y lo sabes.
Y te cabrea.
Y me encanta que te cabrees porque significa que te importo, aunque parezca egoísta, ya sabes que yo vine así de fábrica.

Aunque no tiene mucho que ver, 
yo soy así de incoherente, 
quiero que sepas que adoro mirar el cielo.
Me inspira y me tranquiliza.
Es hermoso, como tú.
Estar contigo es como sentirse volar, corretear por las nubes.



Así que, por favor, no calles.
No me dejes con aquello que más odio sin ti:
el silencio.                  

29 octubre, 2014

El puñal de la semana clavado en mi espalda.

Cuando el viento frena tus acciones y reprime tus emociones. 
Cuando la luz del Sol ciega tus ojos, impidiéndote ver más allá de sus hermosos destellos.

Cuando el viento se vuelve persona y la luz del Sol sus promesas.

Vas camino de la perdición y no te das cuenta, hasta que las frías garras de la locura y la soledad se aferran a tu pecho, rodeándote tan fuerte que, poco a poco, forman parte de ti. 

15 octubre, 2014

Ladrón de palabras.


"La noche es más oscura justo antes del amanecer".

Puede que esa sea la razón por la que mis besos saben mejor de madrugada
o quizás sea que mis ganas de ti aumentan cuando hablamos de mañana,
porque sé que te irás en cuanto empiece a salir el Sol.
Como cada día.
Y siento lo mismo que si metiese un gol
en mi propia portería:
Rabia, impotencia y vergüenza.
Rabia por tener que verte día tras día partir.
Impotencia por no ser para ti una buena razón que te haga quedar.
Vergüenza por estar ante ti con mi alma desnuda,
al igual que mi cuerpo,
dejando que juegues con mis sentimientos,
como cuando antes pasábamos las tardes jugando al Scrabble.
Pero ahora tú te has llevado todos los puntos
y me dejas a mí únicamente con las letras
que forman diez, veinte o treinta palabras por segundo,
frases sin sentido,
que intentan ganar la batalla por la que vivo,
esa en la que se disputa quién ganará tu mente y tu corazón.
Y, honestamente, espero ser yo.

Todo esto me está haciendo perder la razón.
Porque... ¿Qué ocurre cuando el girasol se enamora de la luna?
Así de atormentada me tienes,
enamorada de la noche.
Tu noche.
Mientras otros prefieren la mañana y el día.
Tu día.
Y es que eres como la luna.
Con dos caras.
Pero yo me quedo con la oscura.
La que no se ve, la que los demás nunca logran ver.
Porque esa es la que mejor te refleja
y sólo la has mostrado conmigo.
Cuando me hablas de tu futuro, con esa voz de niño ilusionado
o de tu pasado, con una voz ronca que derrama dolor.
Cuando dormimos abrazados.
Cuando me cuentas historias acerca de una chica engreída que se enamora de su ladrón.
Cuando bailamos por todo el salón,
sin música, pero igual de apasionados.
O cuando me cantas al oído mientras miramos las estrellas brillar acostados en mi terraza.

Y quiero que te quedes,
por si aún no ha quedado claro.
Quiero que me despiertes con un beso,
que el primer café del día lo tomes conmigo
y luego... No sé... Haremos lo que quieras.
Te prometo que esta vez no me quejaré.
Podremos quedarnos en la cama hasta las diez.
Sólo despiértame y quédate todo el día.



Atentamente, tu chica ya no tan engreída.




06 octubre, 2014

Tan cierto que quema.

Esta es la historia de una chica de melena roja, una melena del color del atardecer.
Una chica sin rostro, a la que puede que cada uno vea de manera diferente.
Pero ella, cuando se mira en el espejo solo ve negro y tristeza.
No lo puede evitar.
El negro es su color favorito y la tristeza ha sido su compañera de corazón cuarto desde que tiene uso de razón.


Cada mañana despierta antes de su hora,
perdiéndose,
contando las salpicaduras de pintura azul de la pared sobre su techo blanco algo mal pintado.
Apagando la alarma del despertador cuando éste da su cuarto o quinto aviso, ya se ha convertido en una rutina.
Esperando a que tu cara quede frente a frente con la suya, sobre la almohada, esperando a que un "buenos días" pronunciado por tus labios llegue a rescatarla.





Porque puede que otras chicas pierdan las bragas por tu sonrisa y por el final de tu espalda, pero ella desespera por tan sólo volver a oírte cantar.
  
Y cuando se observa, sólo ve esos lunares.
Tiene tantos lunares en sus hombros, en su espalda, en sus mejillas...
Ella los llama pequeños lugares remotos que tus dedos recorrieron y exploraron.
Porque antes de ti,
para ella,
no existía nada.


Dicen que hay tantos corazones en la Tierra como estrellas en el firmamento.
Pero su corazón es distinto, el suyo va, a cada segundo, mucho más rápido que el de cualquier otro ser humano e incluso más aún que el de un enamorado. 
El suyo es un corazón con forma de reloj, cuyas agujas van en sentido contrario, avisándola de cuánto le queda para que explote, sin permiso.
Es tan amargo que se queda atragantado en las gargantas de la gente y, a la vez, tan dulce que acaba empachando. Y esa es la razón de su soledad.
O puede que sea porque le gusta estar sola, con su mente. Pero contigo.


Y desde pequeña siente que su alma es de sirena,
quizás fue una en otra vida no muy lejana.
Si la veis, algunos podríais confundirla con Ariel
y es que ella también suele pasarse el día hablando con animales.
Aunque su semejanza reside,
tal vez,
en que al igual que Ariel, ella tampoco puede hablar
y está esperando a que le devuelvan su cola para así poder recuperar su voz.
Porque en el mar es donde encuentra su verdadera calma, ahí es donde se siente libre...

Y le encantaría ser como Atenea, por siempre su diosa de la mitología griega, tan fuerte como inteligente.
Y le encantaría encontrar a su soñado señor Darcy,
aunque ella no es Elizabeth Bennet, por supuesto.
Su alma es más Catherine Earnshaw de lo que le gustaría,
tan bella, tan frágil,
como vana, superficial y egoísta.
Entonces...
¿Dónde está su único e irrepetible Heathcliff?
Ese que daría su vida por ella.

"Amo a mi asesino, pero al tuyo ¿cómo puedo amarle?"
¡Oh! Ni siquiera ella misma sabe cómo amarte.

















Te espera cada día.
En verano,
con tus gafas oscuras que una mañana te dejaste sobre el estante del salón,
tumbada en la playa,
protegiéndose del sol,
ya no le importa la arena,
le recuerda a tus manos sobre su espalda.

Y en invierno,
con las medias grises que le compraste por uno de sus cumpleaños,
esas que tanto te gustaban,
tumbada sobre la hierba,
fría,
con el viento helado moldeando su pelo rojizo.
Esperando a poder ver la nieve alguna vez.
Pero sabe que deberá pasar un largo tiempo para que eso suceda.
Y tiene la esperanza de que tú vuelvas antes de ese día.
¿Volverás?


Por las noches se pasea por las oscuras calles de su barrio, tan desconocidas a la luz del día y tan familiares cuando el reloj marca más de las doce.
Le gusta sentarse en ese banco que prácticamente lleva ya su nombre. Aunque no escrito. Sólo ella lo ve.
Le gusta mirar las ventanas de los edificios e inventarse una historia por cada luz encendida y cada luz apagada.
Cuando llega a casa y se recuesta en el frío suelo de su habitación ve, un amanecer tras otro, al fiel gato de su ventana llorar,
maullar a la luna,
buscando consuelo.
Cuando llega a casa,
la chica sin rostro y sin voz,
escribe. 


Te quiero. ❤

Amor.
¿Qué es amor, en realidad?

Pensaba que nunca podría saber cómo amar a alguien, pero eso era antes de que él llegará a mi vida.

Amistad y lealtad son las dos mejores cosas que ha conseguido enseñarme. Porque es el amor de mi vida y el mejor amigo que jamás tendré.
Y quizás suene cursi. Pero es lo que es, porque me vuelvo tan ñoña cuando estoy con él.

Y sé que algún día ya no vas a estar...
Las cosas no son por y para siempre.
No me puedo imaginar el día en que ya no estarás conmigo, te echaré tanto de menos que no sabré si podré soportarlo.

Pero por ahora disfrutaré de cada segundo contigo.

Y que te quiero, te querré por siempre.
Eres mi mejor compañía.

Simplemente, es amor perruno.










No la dejes morir...

28 septiembre, 2014

Los bolígrafos y sus tintas casi siempre agotadas.

A la luz de la luna, en una punta de la costa
hay una fiesta.
En la otra punta, tu y yo.
Una cena,
tus besos,
y unas velas.
Pero cuando las soplo
sólo queda tu sombra.
Y no me gusta,
porque la oscuridad me repugna,
salvo cuando en el cielo
puedo observar las estrellas.
Tan perfectas,
situadas a conciencia.
Pero siempre he preferido la luna,
no me preguntes por qué,
pero me quedo embobada viéndola.
Tan embobada que no me di cuenta de que,
mientras ella seguía quieta en su lugar,
mi tierra daba vueltas porque tú te habías ido,
rendido.

Y me gustaba el azul en mis uñas
y el rojo de mis labios en tu cuello y en tus mejillas.
Pero ahora llevo las uñas pintadas de rojo,
eso sí,
aún no he aprendido a pintármelas sin salirme del borde,
eso sigue igual,
vivo siempre saliéndome del borde.
Y mis labios van de un rosa que da vida,
me da vida,
repartiendo besos a quien me los pida.

Tendría que haberles hecho caso cuando me dijeron:
"no escribas tantas historias con finales felices,
que un día te vas a quedar sin tinta y sin papel".
Y en nuestro caso se acabó el papel.
Y la tinta de mi boli se extiende ahora por mis manos,
resecándose en las yemas de mis dedos.
Dibujando cielos de color azul oscuro.

A estas alturas deberías saber que ninguna mariposa
nace siendo hermosa.
Y ahora que tú ya has pasado por mí,
aún sin saber si yo pasé por ti,
ahora,


me siento mariposa. 

21 septiembre, 2014

Fotografías pasadas en tiempos presentes.


Hoy es uno de esos domingos nostálgicos que te impiden salir de la cama o levantarte del sillón. "Una buena película y una buena almohada son las mejores armas para almas desoladas". (Se ha convertido en mi lema favorito).
Y aquí estoy yo, viendo viejas fotografías de tiempos remotos, de oportunidades fugadas y de lugares con tal aspecto que recuerdan al paraíso. Pero, ¿qué es un paraíso? Un lugar hermoso y tranquilo, en el que el aire es tan puro como el alma intacta de un recién nacido, ¿tal vez? O quizás simplemente sea un lindo paisaje con un mar profundamente azul y árboles de un verde que jamás habías visto, con una vasta playa milagrosamente solitaria... Pero para mí, el paraíso es aquel lugar donde te encuentres tú. Aunque ni siquiera sé si ese tú existe. 
Los cuentos de hadas me han hecho creer que en alguna parte se encuentra mi príncipe azul, un encantador y apuesto hombre que nada más verme quedará prendado de mí y cuando mire, me vea simplemente a mí y que viviremos felices y que comeremos perdices... Y he sido tan tonta que ahora es cuando me doy cuenta que la espera no vale la pena, porque ¿a quién quiero engañar? Mi alma devastada y continuamente atormentada no está hecha para vivir ni un instante de felicidad o fortuna, además, ¡ni siquiera me gustan las perdices! 
Pero soy tan repulsivamente romántica que los cuentos de hadas son aquellas únicas lecturas que predominan mi interminable lista de libros por leer. Así que seguiré soñando con historias de amor y de desamor, imaginando ser la eterna protagonista y esperando por mi príncipe a que toque en la puerta de mi humilde morada que rebosa locura por sus cuatro ventanas. Que no me importa que sea azul, verde o del color del arco iris, porque yo soy azul casi todos los días de mi vida, morado algunas veces y negro una vez al mes. Después de todo, no hay nada en la vida que no tenga un poco de color.


Posdata: ¡Feliz domingo, sensibleros!

20 septiembre, 2014

Rimas Incandescentes (I).






Últimamente creo que me estoy volviendo loca
Cada día pierdo más la razón
Y es que voy dando tumbos
Viajando con prisas pero siempre sin rumbo
Sujetando en mis manos mi corazón
Y con mi mente intentando salir de mi boca.

Caja de zapatos.



Siempre me han gustado las cajas de zapatos
Y esta mañana busqué en una de ellas tus huellas
Pero ya no estaban
Las borró el viento
Al igual que el viento deformó la palabra  a m o r  que aún salía de mi boca.

A lo lejos oigo a niños gritar, correr, saltar
¡Qué bien se sentía ser niña! Sin ninguna preocupación
Aunque a veces sin siquiera voz para poder opinar.

Todavía no saben lo que les espera
Crecer, crecer y madurar
Es una de las cosas menos bellas que he tenido que experimentar
Antes (y ahorale tenía miedo a morir
Pero no me había dado cuenta de que vivir es lo que más nos hace sufrir.

Prisas, trabajos, preocupaciones,
estudios, llantos, competiciones,
envidias, pérdidas y amores...
Demasiadas emociones para sentirlas todas en tan poco tiempo
Tiempo que se esfuma, se consume y nos limita.

Pero ya está bien de divagar
Cierro la caja de zapatos y la guardo otra vez vacía
Para recordar
Como una reliquia que nos recuerda los pasos que una vez dimos
Y los que nos quedan por dar
Y sin saber que me deparará mañana
Prefiero recorrer por mí misma mis últimas pisadas...

18 agosto, 2014

Autumn leaves; como hojas de otoño.

Ella era como las hojas de otoño. Aún la recuerdo bien. 

En un principio, en sus primero años, siempre radiante, bella e hipnotizante. Hasta que su ánimo se desvanecía y su belleza pasaba inadvertida, siempre observando, pero manteniéndose escondida. Así a cada momento, esperando por el final, cuando sus fuerzas desaparecían y su alma, su mente y su corazón quedaban sumergidos en el dolor, tambaleándose, cayendo y postrándose en el pavimento, ahí donde nadie mira, siendo pisada por los demás y balanceada en el aire, moviéndose de aquí para allá siempre adonde el viento quería llevarla, jugando a sus anchas, marchitándose, oscura y triste, hasta que ya no puede más. 

Exactamente como una hoja de otoño. 

Pero yo aún la recuerdo, su simpatía me envolvía. Estaba enamorado de sus ojos marrón chocolate; de sus finos labios rosas que pronunciaban la palabra adecuada en el momento adecuado; de su tez blanca que yo conseguía ruborizar; de su inteligencia perspicaz. Su belleza era exorbitante. Cuando ella se escondía y se alejaba del mundo, pensando que ya a nadie le importaría, yo estaba allí, sujetándola y necesitándola. 

Aún la recuerdo bien, aún la amo como ayer. 

06 julio, 2014

Creer poder volar, creer ser libre.

Ella creía que podía volar, creía que tenía alas, unas grandes y fuertes alas con las que cada día conseguía sobrevolar la ciudad. Creía que podía llegar lejos, más lejos de lo que jamás nadie había podido llegar... Pero no era así. No tenía alas y mucho menos sabía volar, pero tenía algo, quizá no mejor, pero sí de gran valor: la imaginación.


Imaginaba árboles azules y violetas, árboles inmensos de todos los colores, imaginaba lugares en los que nunca había estado y en los que nadie nunca habría llegado a estar, lugares dignos de películas de ciencia ficción. Imaginaba aire limpio y paz, imaginaba que las personas se tomaban su tiempo para respirar, con pausa y profundamente. Imaginaba criaturas, mundos, vidas. Pero, ante todo, imaginaba ser feliz. 

02 julio, 2014

{Photograph} de Ed Sheeran.

Amar puede doler... El amor duele a veces. Pero, aún así, es la única cosa que conozco bien. Y hay momentos difíciles, tú sabes tan bien como yo que esto se pone difícil a veces. Pero es lo único que nos hace sentir vivos. 
Y mantenemos este amor en una fotografía, hacemos de estos recuerdos algo completamente nuestro, recuerdos en los que nuestros ojos nunca se cierran, donde los corazones nunca se rompen y el tiempo permanece congelado para siempre. 
Así que puedes guardarme dentro del bolsillo de ese vaquero roto tuyo, sujetándome muy cerca de ti hasta que nuestros ojos se encuentren. Tienes que saber que nunca estarás sola, simplemente espera a que yo llegue a casa. 
El amor puede curar y puede llegar a aliviar nuestra alma. Y es la única cosa que conozco bien. Te prometo que las cosas serán mucho más fáciles, recuerda estas palabras con cada parte de ti. Porque el amor es la única cosa que nos llevaremos con nosotros al morir. 
Y mantenemos este amor en una fotografía, hacemos de estos recuerdos algo completamente nuestro, recuerdos en los que nuestros ojos nunca se cierran, donde los corazones nunca se rompen y el tiempo permanece congelado para siempre. 
Así que puedes guardarme dentro del bolsillo de ese vaquero roto tuyo, sujetándome muy cerca de ti hasta que nuestros ojos se encuentren. Tienes que saber que nunca estarás sola. 
Y si me haces daño, no pasa nada cariño, porque hay y habrá cosas mucho peores dentro de las páginas de esta historia, tú solo abrázame y nunca te dejaré ir. Simplemente espera a que yo llegue a casa. 
Puedes meterme dentro de ese collar que llevabas siempre cuando tenías 16 años, aquel que colgaba cerca del latido de tu corazón, justo donde yo debería estar, consérvalo siempre en lo profundo de tu alma. 
Y si me haces daño, no pasa nada cariño, porque hay y habrá cosas mucho peores dentro de las páginas de esta historia, tú solo abrázame y nunca te dejaré ir. 
Cuando esté lejos de ti, recordaré el momento en el que me besaste debajo de aquella farola de la Sexta Calle y recordaré tu voz susurrándome a través del teléfono: "Simplemente espera a que yo llegue a casa". 




LETRA EN INGLÉS. 

Loving can hurt, loving can hurt sometimes
But it's the only thing that I know
When it gets hard, you know it can get hard sometimes
It is the only thing that makes us feel alive

We keep this love in a photograph
We made these memories for ourselves
Where our eyes are never closing
Hearts are never broken
And time's forever frozen still

So you can keep me
Inside the pocket of your ripped jeans
Holding me closer 'til our eyes meet
You won't ever be alone, wait for me to come home

Loving can heal, loving can mend your soul
And it's the only thing that I know, know
I swear it will get easier,
Remember that with every piece of you
And it's the only thing we take with us when we die

We keep this love in this photograph
We made these memories for ourselves
Where our eyes are never closing
hearts are never broken
And time's forever frozen still

So you can keep me
Inside the pocket of your ripped jeans
Holding me closer 'til our eyes meet
You won't ever be alone

And if you hurt me
That's okay baby, only words bleed
Inside these pages you just hold me
And I won’t ever let you go
Wait for me to come home
Wait for me to come home
Wait for me to come home
Wait for me to come home

You can fit me
Inside the necklace you got when you were sixteen
Next to your heartbeat where I should be
Keep it deep within your soul

And if you hurt me
Well, that's okay baby, only words bleed
Inside these pages you just hold me
And I won’t ever let you go

When I'm away, I will remember how you kissed me
Under the lamppost back on Sixth street
Hearing you whisper through the phone,
"Wait for me to come home."

31 mayo, 2014

Callejones y vidas sin salida.

Y ahí está otra vez, en ese callejón oscuro, vacío y sin salida que visita tanto últimamente, y no por gusto, con su corazón en la mano, bueno, más bien, con algunos pequeños trozos de él bien sujetos en sus manos, los demás están esparcidos por el suelo. La última vez que vino también lo tenía roto, demasiado, pero siente cómo poco a poco se va fragmentando cada vez más, cada día que pasa oye el repiqueteo de los fragmentos chocando contra el suelo, uno tras otro, dejándola sin vida, vacía, fría e insensible.

Observa los trocitos que hasta hace unos meses eran rojos, ¿cómo han podido cambiar tanto en tan poco tiempo? Ahora son grises, de un gris oscuro, rondando lo siniestro, y pesan, pesan tanto que es incapaz de cogerlos todos con la mano. ¿Podrá algún día unirlos y dejarlo como nuevo? Parece casi una misión imposible, es más difícil que hacer un puzzle de esos grandes que tanto le costaba hacer cuando era pequeña.

Una repentina ráfaga de aire helado la hace estremecer, tiene miedo, a lo lejos se oyen pasos y... ¿eso no son...? ¡Voces! También oye voces, pero ¿cómo? Este es su lugar secreto, nunca nadie la molesta cuando está aquí. Se siente mareada, es como si hubiese perdido la noción del tiempo, le pesa el cuello y le duele, entonces abre los ojos, por la ventana los rayos del sol pelean para inundar de luz la habitación. Anoche debió haber dormido en una mala posición. Se sienta en la cama y se frota los ojos, pero descubre que estos están hinchados y a su lado, en la esquina de la almohada, una mancha negra proveniente del último rímel que ha comprado estropea el bonito estampado de sus sábanas... Anoche volvió a quedarse dormida mientras lloraba. 

16 marzo, 2014

Querer romper lo irrompible.

Y vuelven esos pensamientos otra vez. Vuelven los recuerdos, los sentimientos, los malos ratos. Vuelven los nervios, el estrés, el rencor, el odio, el amor, la tristeza, las lágrimas, las ganas de gritar... Vuelven las ganas de dejarlo todo.

Pienso y recuerdo. Y pienso demasiado, hasta que oscurece, hasta que amanece, hasta que pasan meses.

Me derrumbo, me desgarro por dentro, simplemente caigo y caigo, siento mi cuerpo precipitarse y mi mente... ¿Acaso es MI mente? Porque sólo siento cómo me juega malas pasadas, cómo quiere verme derrotada y sin aliento.

Y dejo de ver el arco iris, el blanco o el gris. De repente todo se ha vuelto negro.

¿Ésta soy yo? ¿Qué han hecho con esa niña que tenía sueños y sueños? ¿Con esa que a pesar de vivir en soledad tenía fuerzas para levantarse por las mañanas cuando los rayos del sol asomaban por su ventana?

Porque ahora sólo puedo sentir odio. Odio por él, odio por ella, odio por ellos, odio por los que ni siquiera sé que existen. Odio por mí. Eso es todo. Odio por quien soy, por cómo soy, por quien nunca podré ser.

Querer romper lo irrompible. Destrozarme, eliminar todo aquello que me hace avergonzarme de mí misma, pero... ¿Es que aún tengo algo que valga la pena tener? Porque no quiero seguir viviendo la vida si es para vivirla así.

He llegado al final. Eso me digo todas las noches, antes de ir a dormir.

A veces pido ser más fuerte, otras prefiero no seguir siendo fuerte, no seguir poniendo esa sonrisa tan desfavorecedora para demostrar que todo anda bien.

¿Vendrá alguien? ¿Conseguirá alguien ver mi desesperada señal de auxilio y correrá a rescatarme? ¿Será alguien el Ken de esta encantadora Barbie rota?