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Cables telefónicos.

Satélites. 

Ondas de radio.

Correos electrónicos. 

Cartas escritas a mano.

Buzones.

El cartero.

Atardeceres en la playa.

Nuestro banco del parque.

El gatos sin hogar que ronda siempre por mi calle... 

Fueron los indudables testigos de nuestro mayor error. 

Típico pero cierto.

Todos sabemos que el dinero lo es todo y lo compra todo, no es algo nuevo. 

Con el dinero se puede comprar comida, una casa, un coche, un trabajo, una familia, amigos e incluso el amor, para qué engañarnos. 

Pero es una pena que no compre aunque sea un poquito de inteligencia.
Algo que le hace falta a muchos.

Unconditional.

El cielo está precioso hoy.
Sería una de esas tardes en las que lo contemplaríamos juntos.
Ojalá estuvieras aquí.

¡Mira! ¡Allí arriba!
Hay una nube que se parece a ti.
Tiene el contorno de tu cara
y los resquicios de tu pelo.
Y si la miro fijamente,
aún puedo sentir la huella de tus besos sobre mis labios.

Es extraño, pero últimamente todo me recuerda a ti.

La madurez de tus actos,
el intenso color negro de tus ojos
y la poesía que sale de tus labios.

Son las cosas que más echo de menos.
Aunque no lo creas y a mí me cueste comprenderlo.
Porque odio estar días sin vernos,
pero cuando vuelves,
ya te estoy echando.

Perros y mundos de perra.

¿Cómo debe de sentirse ser un perro en este mundo de perra?

   
Es algo que me gustaría saber y, sin embargo, no se encuentran muchas diferencias con la vida de las personas:

Ser el centro de atención en un primer momento, el juguete de alguien que necesita de nuestra compañía, ser querido y amado por encima de todas las cosas, para al momento siguiente ser abandonado en una calle desierta, que es la soledad y la desesperación, por la mejor persona que creíamos haber conocido.
                                                 
Perros, gatos, monos, cerdos, humanos ... Todos iguales. Animales en busca de compañía y de la aprobación de los demás, aunque a veces a algunos nos cueste aceptarlo.