18 agosto, 2014

Autumn leaves; como hojas de otoño.

Ella era como las hojas de otoño. Aún la recuerdo bien. 

En un principio, en sus primero años, siempre radiante, bella e hipnotizante. Hasta que su ánimo se desvanecía y su belleza pasaba inadvertida, siempre observando, pero manteniéndose escondida. Así a cada momento, esperando por el final, cuando sus fuerzas desaparecían y su alma, su mente y su corazón quedaban sumergidos en el dolor, tambaleándose, cayendo y postrándose en el pavimento, ahí donde nadie mira, siendo pisada por los demás y balanceada en el aire, moviéndose de aquí para allá siempre adonde el viento quería llevarla, jugando a sus anchas, marchitándose, oscura y triste, hasta que ya no puede más. 

Exactamente como una hoja de otoño. 

Pero yo aún la recuerdo, su simpatía me envolvía. Estaba enamorado de sus ojos marrón chocolate; de sus finos labios rosas que pronunciaban la palabra adecuada en el momento adecuado; de su tez blanca que yo conseguía ruborizar; de su inteligencia perspicaz. Su belleza era exorbitante. Cuando ella se escondía y se alejaba del mundo, pensando que ya a nadie le importaría, yo estaba allí, sujetándola y necesitándola. 

Aún la recuerdo bien, aún la amo como ayer.