12 febrero, 2016

Te espera impaciente.
Te acecha y espía. 
Aguarda. 
Te persigue.  
Le temes.
Intentas huir.
Pero te encuentra.
Y te engaña.
Y confías.
Porque crees estar a salvo.      
Aunque en el fondo sabes que no es cierto.   
Te atrapa.   
Se mete en tu piel y en tu cabeza. 
Te agarra con firmeza.
Te arrastra consigo. 
Y cedes.
Porque es más fuerte que tú.
Porque ya no te importa.
Porque os habéis convertido en una sola persona.  
                                           
Se acabó.
Demasiado tarde para volver atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario