Siempre me han gustado las cajas de zapatos
Y esta mañana busqué en una de ellas tus huellas
Pero ya no estaban
Las borró el viento
Al igual que el viento deformó la palabra a m o r que aún salía de mi boca.
A lo lejos oigo a niños gritar, correr, saltar
¡Qué bien se sentía ser niña! Sin ninguna preocupación
Aunque a veces sin siquiera voz para poder opinar.
Todavía no saben lo que les espera
Crecer, crecer y madurar
Es una de las cosas menos bellas que he tenido que experimentar
Antes (y ahora) le tenía miedo a morir
Pero no me había dado cuenta de que vivir es lo que más nos hace sufrir.
Prisas, trabajos, preocupaciones,
estudios, llantos, competiciones,
envidias, pérdidas y amores...
Demasiadas emociones para sentirlas todas en tan poco tiempo
Tiempo que se esfuma, se consume y nos limita.
Pero ya está bien de divagar
Cierro la caja de zapatos y la guardo otra vez vacía
Para recordar
Como una reliquia que nos recuerda los pasos que una vez dimos
Y los que nos quedan por dar
Y sin saber que me deparará mañana
Prefiero recorrer por mí misma mis últimas pisadas...
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