El sí y el no,
el yin y el yang,
el todo y la nada.
Un tal vez.
"Tal
vez haya estado pensado en mí antes de ir a la cama".
Un quizás.
"Quizás
mañana la lluvia me moje y se lleve con ella los recuerdos y también a las
personas innecesarias e ingratas".
Un ahora sí.
"Ahora
sí que puedo decir que no me importa cuántos minutos marquen las manecillas de
mi reloj. Tampoco me importa si se nos gasta la pila, tengo más
guardadas en el cajón, las he estado coleccionando desde aquella vez que me
dejaron con el reloj roto y el corazón parado. ¿O era al revés? Ya no me
acuerdo".
Un ahora no.
"Ahora
no tengo ganas de comerme el coco con tus palabras vacías, palabras con olor a
rosas azules y chocolate caliente, pero vacías al fin y al cabo".
Un me marcho,
pero no me voy.
Un no te quiero,
pero te necesito para sentirme yo.
Un ya no dormiré más contigo,
pero deja mi sitio intacto sobre el
colchón.
Un por fin te he olvidado,
pero seguiré escribiéndote mis
cartas,
esas que van sin dirección.